Protocolo familiar. Una herramienta para orientar el futuro del legado familiar
Las empresas familiares en su proceso de profesionalización, desarrollan diferentes estructuras y usan herramientas para organizar aspectos relacionados con la familia, la empresa y el patrimonio. Por esta razón es conveniente contar con una guía eficaz que les permita transitar hacia el futuro con orden y en armonía, normas que se reúnen en un documento llamado protocolo familiar.
Lo que parece una finalidad, al hacer referencia al hecho de tener un documento con normas claras y funcionales que se adapten a las necesidades de cada familia empresaria, se asemeja más al resultado de una serie de reflexiones e indagaciones que hace la familia acerca de sus valores, su historia, y de cómo se ven en el futuro que juntos construirán.
De eso se tratan las siguientes ideas que explicarán dos elementos que contribuyen de manera significativa y marcan la diferencia para que el protocolo familiar sea una expresión de los valores e identidad de la familia empresaria, y les apoye en la construcción de su legado para las próximas generaciones:
La comunicación entre generaciones
Cuando observamos las estadísticas de supervivencia de las empresas familiares encontramos que el 30% logra superar la primera generación, lo que nos muestra que el proceso de sucesión representa un desafío. Por otro lado, las razones por las cuáles el 70% no consigue hacerlo, se relacionan con mayor frecuencia a relaciones interpersonales, situaciones de conflicto en la familia, y no por razones que tengan que ver con el negocio.
Con esta información tan valiosa en nuestras manos, es justificado cada esfuerzo que la familia empresaria haga para mantener la armonía. Para eso es fundamental practicar, tener una comunicación que permita a cada uno de los miembros expresar sus ideas, preguntas y preocupaciones. Con los canales de comunicación adecuados y los mensajes que cada quien comparta, se fomentan conversaciones y con ello se fortalece la confianza dentro del grupo.
Y si el objetivo es poder definir las normas que servirán para guiar al grupo familiar en su relación con la empresa y su patrimonio, van a necesitar conocer las motivaciones y anhelos, así como también, los aspectos en los que tienen diferentes opiniones y concepciones.
Es en la etapa previa al diseño del Protocolo Familiar, donde pueden decantarse las propuestas que traigan a estos espacios de discusión quienes participen en este proceso.
La comunicación es necesaria para trabajar en la definición de los valores que servirán de pilares a las diferentes generaciones, no sólo para poder identificarlos sino para profundizar en ellos y definir su significado auténtico.
Además, hay que tener en cuenta que no basta con expresar ideas para hacer uso eficiente de la comunicación, antes que eso, hay que estar dispuesto a escuchar lo que cada uno tenga que decir. Contar con lugares o foros adecuados para mantener las conversaciones, respetar las participaciones de los otros miembros y tener presente que la percepción personal así como los sesgos, tienen un efecto importante en nuestras interpretaciones de la realidad.
El Sueño Compartido como norte para alinear los esfuerzos
Describir cómo es ese lugar al que la familia espera llegar en el futuro con su empresa familiar, es necesario para establecer dirección y cursos de acciones. Ya sabemos que el futuro no puede protocolizarse, pues aunque se defina una serie de reglas claras, no podemos garantizar que se darán todas las condiciones y se mantendrán sin cambios.
Lo que sí es posible es diseñar una imagen de futuro que inspire, y de eso se trata cuando nos referimos a Sueño Compartido, ya que parte uno de los objetivos de tener un protocolo familiar es: conducir al grupo hacia la consecución de un futuro que los incluya a todos. Para ello, es necesario definir hacia dónde queremos ir. Cuando las conversaciones son espacios para expresar los anhelos de cada uno de los miembros, sirven, entre otras cosas, para que cada individuo pueda expresar de manera clara lo que espera que ocurra con el proyecto familiar; creando de esta manera, un acopio de visiones individuales que posteriormente se decanten y contribuyan a definir una visión de futuro compartida con la que se identifiquen y se comprometan.
Esta visión reúne valores y principios, establece prioridades y otorga importancia al interés colectivo. Elementos claves para aglutinar los esfuerzos en la construcción del legado familiar. Al definir el Sueño Compartido, disponemos de una visión colectiva que cuenta con la participación del grupo, su reconocimiento, y que favorece la legitimidad de las normas que se incluyan en el protocolo familiar de manera que represente una guía en el camino que han decidido recorrer.
El proceso de elaboración del Protocolo Familiar, es una valiosa oportunidad para que la familia pueda conversar sobre su relación con la empresa y su patrimonio de manera auténtica y creativa. También para trabajar de forma activa en la revisión de sus valores y su visión de futuro, en desarrollar la capacidad de escucha entre sus miembros y en definir un Sueño Compartido que les inspire a continuar construyendo el legado para futuras generaciones.
Para que este sueño incluya las diferentes visiones de cada uno de los miembros, sólo es posible a través de la comunicación, como principal habilidad que permite las conversaciones entre generaciones. De esta manera, el protocolo familiar se convierte en una herramienta útil para la toma de decisiones familiares de cara al futuro y la consolidación del legado, evitando que este esfuerzo emocional, creativo y de tiempo, se convierta en un documento que repose en un cajón del escritorio.
Para profundizar sobre cómo las empresas familiares construyen su legado, te invitamos a visitar “Cómo se construye el protocolo familiar” en nuestra serie “Legado familiar, cómo se construye”.
Guillermo Salazar es socio director de Exaudi Family Business Consulting®, experto en gobierno corporativo, planificación estratégica de la sucesión y patrimonios familiares. Ha asesorado a numerosas familias empresarias en sus protocolos, transición generacional, alineación de la visión de la familia y sus valores para la toma de decisiones y resolución de conflictos. Seguir leyendo
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