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El sistema familiar, realidades y retos en tiempos de crisis, desde la perspectiva psicológica

Extraído del webinar “El COVID-19 desde la psicología clínica: pautas para enfrentar la crisis en la familia empresaria” impartido por Paula Rincón. Del ciclo especial: La familia empresaria en tiempos de crisis.


Las dinámicas y complejidades de la familia empresaria definen, en buena medida, sus formas de acción; como grupo tienen en sus manos lo que en el mañana será el legado para las nuevas generaciones. Cuando acompañamos a familias empresarias multigeneracionales en sus diversos procesos, abordamos cada caso como un universo particular en el que se consideran sus dimensiones, es decir, además del sistema familiar, la empresa y su patrimonio forman parte del análisis necesario para construir aportes que tengan un impacto integral en las estrategias que la familia decida implementar.


Los conflictos y situaciones de crisis también son parte de las dinámicas en este sistema complejo. Suelen presentarse escenarios que demandan la necesidad de trabajar en acuerdos, crear espacios para discusiones que conduzcan a nuevas soluciones, siempre comprometidos con la visión de grupo familiar y el futuro que juntos quieren seguir construyendo. Tal parece que las crisis (como por ejemplo el devenido recientemente de la pandemia causada por el COVID19), están poniendo a prueba las estructuras, dinámicas y capacidad de respuesta de las empresas familiares frente a la adversidad. Es importante recordar que el 70% de las empresas a nivel mundial pertenecen a este grupo.

Por esta razón el análisis que realizamos de las nuevas condiciones del entorno nos lleva a darle una mirada reflexiva a la familia. El sistema familiar debe ser cuidado, se debe trabajar por mantener su bienestar para garantizar la continuidad de un funcionamiento integral. El reconocimiento y gestión de las emociones, así como comprender las nuevas reacciones que puedan tener los miembros de la familia empresaria forman parte de la base fundamental para lograr un balance en las condiciones actuales.

Comprender de dónde vienen estas reacciones y estar preparados para aplicar acciones sencillas pero precisas, permitirá al grupo familiar un mejor desempeño en momentos de crisis e incertidumbre. 

De ahí sabemos que es oportuno recordar que los seres humanos buscamos satisfacer nuestras necesidades de seguridad personal para luego ocuparnos de aquellas que tienen que ver con reconocimiento. Así como también, que, al estar sometidos a condiciones de estrés, nuestro cuerpo y nuestra mente entran en estado de alerta, manteniéndose en un estado de lucha de constante. Conductas ampliamente explicadas por Abraham Maslow y por la teoría de lucha. Podría decirse que globalmente estamos experimentando estas reacciones relacionadas con mecanismos de defensa y supervivencia que garanticen nuestra existencia.

El cambio tanto del entorno como de nuestras conductas como respuesta a este cambio, da paso a una sensación de duelo, y es ésta la razón por la que atravesamos etapas como: negación, donde simplemente creo que nada me afectará, ira, cuando me niego a asumir los sacrificios y restricciones que la situación demanda que haga de forma responsable, negociación, cuando empiezo a dibujar estrategias para lidiar con esta nueva realidad, tristeza, al sentir la incertidumbre del final, de las condiciones que me ha impuesto la situación presente, para dar paso a la aceptación, donde nuevamente tomo el control. A este punto, surge el momento donde la búsqueda del significado cobra importancia, nos orienta a comprender el rol que podríamos tener, cuáles estrategias podríamos utilizar, y es allí cuando apreciamos esas cosas que se encuentran presentes y pueden brindarnos seguridad. Como, por ejemplo, aceptar que estamos a buen resguardo en nuestros hogares, y que existe un conjunto de variables que se encuentran en nuestro círculo de influencia en las que podemos enfocarnos. 

Sabemos que este orden no es lineal, e incluso puede ser excluyente, es decir, no necesariamente experimentaremos todos los estadios; lo que sí es probable que ocurra, es que vivamos algunos de ellos.

Para la familia empresaria es importante permitir que las emociones florezcan, y hacer un esfuerzo adicional por ser empáticos, comprendiendo que bajo las circunstancias de incertidumbre y crisis las reacciones y emociones pueden ser desproporcionadas en algunas ocasiones, y entender de dónde proceden hará posible una gestión más eficiente e inteligente de las relaciones en el sistema familiar.

Como individuos y miembros de la familia, también es posible colaborar, reconociendo y gestionando nuestras emociones, incluso prestando apoyo si alguien nos lo pide o, por el contrario, pedir apoyo si eso es lo que necesitamos. Para ello, podemos aumentar nuestros niveles de empatía, centrarnos en el presente realizando rutinas, permitirnos pensamientos de cómo será el mañana luego de que está situación finalice, nombrar nuestras emociones, y reconocer nuestro avance en una situación que ha demandado nuestros mejores esfuerzos.

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